Juan Diego Taborda, es un profe apasionado por la literatura. Ha dedicado su vida a la docencia y a contar historias. Desde hace 15 años hace parte del magisterio y en ese espacio ha encontrado una conexión con las líneas que se convierten en textos.

Es licenciado en educación y magister en historia y actualmente es profesor de la institución educativa Diego Echavarría Misas en el municipio de Itagüí, al sur del Valle de Aburrá. Y han sido las historias de sus estudiantes, las que han sido protagonistas de sus cuentos

“En la escuela es donde se desarrollan los cuentos y los estudiantes que son los personajes que aparecen en ellos, pues digamos es parte del recorrido que hemos hecho dentro del sistema educativo. Hay escritores que hablan de amor, eso los apasiona o de desamor, de la soledad, del olvido. Creo que cada escritor encaja en un una parte de la vida y la escuela es esa parte de la vida, pues que yo disfruto y de la cual escribo. Creo que es algo que se siente y que uno finalmente refleja”, asegura el profesor Juan Diego.

El docente que fue ganador del Premio Nacional de Cuento Semillas de Ilusión que se desarrolla en Villavicencio y es avalado por el Ministerio de Educación, y que decidió participar en él porque una coordinadora lo convenció de hacerlo, cree que poder escribir de la escuela es valioso por la experiencia que ha logrado tener. Las historias que escribe sobre los estudiantes es lo que se vive dentro de la institución y que él ha marcado cuidadosamente en su recorrido como maestro. “Uno escribe sobre las tensiones que se generan, la muerte que aparece, el amor, el desamor, el olvido, las soledades profundas. Todo eso es apasionante y que se pueda hacer literatura con ella, mucho mejor”, añade.

Juan Diego Taborda, quien además es estudiante de doctorado en Filosofía, cuenta que su primera historia convertida en cuento, tuvo que ver con un episodio ocurrido en un tercer piso donde estaba dando clase y escuchó por allá en medio del salón, profe, alguien me hizo un tortugazo y reflexiona el profe sobre ese momento, “yo levanté la cabeza, intenté solucionar, pero algo se me disparó y dije, pues escribamos algo sobre eso. Yo ya había escrito otras cosas, ensayo y cuento de otras dimensiones, pero creo que ese fue el primer evento. Yo me senté y en una hojita empecé a escribir la historia del Tortugazo y de alguna manera ese fue el primer cuento. Se lo compartí a un profe cuando lo tenía pues ya digitado y al profe le gustó y se lo leyó a sus estudiantes y a los muchachos les gustó”.

Cuatro años después de esa ilusión con su cuento en Villavicencio, el profe Taborda, se le midió al otro reto de ganarse la edición 36 del Premio Nacional de Literatura en los Premios Nacionales de Cultura de la Universidad de Antioquia, y lo hizo presentando “Los habitantes del colegio” que es una colección de cuentos que apasionó demasiado a los niños que lo leyeron. “Yo nunca había participado en un concurso de esa magnitud y la verdad lo único que yo quería era tener la experiencia. Resulta que cuando hicieron la elección de los finalistas, yo estaba organizando un evento en Itagüí con algunas instituciones que se llama “Leer para la vida”, y me llegó un correo y en el correo decía Premio Nacional de Cultura 36. Yo leí el correo rápidamente y lo que yo dije fue, quedé de 36, pues no quedé último porque había 93 participantes. Me quedé tranquilo, igual no esperaba ganar porque s un premio con mucho prestigio y resulta que ese día en la tarde me entró una llamada, me dicen con Juan Diego Taborda, yo dije que sí, y me pasaron al coordinador del departamento de extensión de la Universidad de Antioquia, Óscar Roldán, él me abrió los ojos y me dijo, “pasaste como como finalista, eres uno de los nueve finalistas”, asegura Taborda quien no lo podía creer.

La premiación del concurso fue un mes después, “ese fue el mes más largo de mi vida. Yo casi no dormí, ya entré en la expectativa y la esperanza de poder ganar, pero sabía que era muy difícil, pero mi libro “Los habitantes del colegio”, resultó ser el ganador. Fue una emoción  gigantesca porque es un reconocimiento bien importante, no solamente para mí como persona, sino como profe y como alguien que de alguna manera busca mostrar los ambientes escolares desde la literatura”, enfatiza.

Ahora, con dos libros publicados: “Los habitantes del colegio” (2019) y “Leer pica en el alma” (2025), asegura que su pasión por la escritura es enorme y que siente una satisfacción de que sus cuentos sean leídos por estudiantes y compañeros docentes, que insisten en decirle, que quieren ser protagonistas de sus historias

“La ventaja directa de mis estudiantes es que tienen el escritor y pueden hablar de los cuentos de lo que hay detrás de ellos, de cómo se construyeron las historias, pues trae como un plus en el trabajo y creo que eso es muy emocionante”, cuenta el profe.

Pero además agrega, “creo que ha sido la forma de llegar a un montón de espacios, no solamente en las aulas, sino a los pasillos, a los corredores, inclusive me he encontrado la señora del aseo que me dice o las secretarias de la institución, que quieren leer el libro. Creo que ahí venimos también tejiendo sociedad. Profe.