“No respondo, no sé”, de forma clara la profe Andrea asegura que no sabe cuándo será el momento de retirarse de esa pasión llamada banda en la que está involucrada de forma directa, hace 15 años.
De pequeña, Andrea Edith Pérez se apasionó por las bandas marciales, tanto que, en su época de colegio, tuvo la oportunidad de estar en una de ellas; pero lo que esta licenciada en filosofía nunca se imaginó, era que el destino lo tenía sellado para siempre, al frente de una enorme banda, con reconocimiento, trabajo y talento.
Cuando Andrea llegó como docente a la Institución Educativa de María, en su natal Yarumal, se topó con el sueño casi que, en sus narices, pues la banda de este plantel educativo se la ponían a sus pies. “Yo nunca me imaginé que en mi labor como docente, fuera a estar al frente de un proyecto de estos y es aquí en la institución donde me encuentro con la sorpresa de que ya estaba lista en carpeta para estar junto a dos compañeros más, al frente de la banda”, cuenta, con una voz llena de sorpresa.
Ella misma asegura que en sus planes por más que ame y se apasione con las bandas, y aunque haya estado en el escuadrón de la percusión de una de ellas, tocando tambora y siendo bastonera, su vida estaba destinada a la docencia en el área de la filosofía, “aunque considero que los accidentes no existen, el que yo estudiara filosofía sí lo fue. El universo me necesitaba impartiendo esa área y así fue”, asevera, y deja claro que nunca tuvo en mente ser música o estudiarla, porque sencillamente no cuenta con la habilidad para ello.
Su amor con las bandas, está más enfocado no en los instrumentos, sino en la organización y administración de las mismas, en la creación de nuevas formas o momentos para que nuevas ideas lleguen a estos grupos; es allí donde la profe Andrea, nada como pez en el agua y se enfrenta a los innumerables desafíos que le impone ser la directora general de una banda integrada por 160 personas.
“Por eso mucho de lo que la banda es ahora, han sido ideas mías, y lo he hecho porque igual tengo gran conocimiento en las bandas y que gracias al acompañamiento del instructor musical que tengo, hemos podido hacer realidad y ahí está el resultado”, expresa con satisfacción.
La profesora Andrea llegó en el 2009 y se encontró con una banda convertida en un fenómeno en el municipio y hoy en día, bajo su liderazgo, la banda ya es un fenómeno departamental. Logrando cosas que ella no se imaginaba. “Es que después de que mis compañeros se fueron, fue el profesor Francisco Vásquez, el que le dijo a la rectora que se retiraba, pero que la banda quedaba en las mejores manos”, cuenta; sin embargo, es en este momento donde la profe Andrea debe enfrentarse a tres situaciones, la primera de ellas era dejar caer el proyecto y no superar las expectativas; la segunda situación era mantener el nivel que la banda tenía y la tercera era superar el nivel.
“Tomé el riesgo, asumí el reto y empecé a trabajar con estos chicos conservando el conocimiento musical del instructor que traían, que en mi concepto es el mejor y luego de eso empezamos a hacer un proceso de transformación. Cuando yo llego a la banda, el formato que tenía era una banda musico-marcial, así lo conservé por cinco añitos más y luego vi la necesidad de cambiar o transitar a otro formato diferente”, asegura esta docente que lleva en sus labores académicas, 29 años enseñando.
El cambio que planteó la profesora Andrea, estaba más en su forma de ser, que en seguir los estereotipos, por eso quiso trascender con su banda, al ver que las de Yarumal tenían el mismo formato y las de otros lugares también. “Sentí la necesidad de cambiar, de ser diferente y de buscar llamar la atención desde otra perspectiva y pues funcionó. Hicimos la transición de banda músico marcial a banda tradicional de marcha, tratando de conservar un poquito este formato marcial que se ha venido perdiendo tanto en estos procesos musicales y ha sido todo un éxito”, cuenta con ese tono de mujer que sabe dar la lucha encontrando la victoria.
Justo en ese momento de cambio, a la profe Andrea se le ocurrió que también el nombre debía ser otro, que en la pantera encontrarían el coraje, el valor y la decisión para arriesgarlo todo y fue como decidieron que la banda que había nacido en 1968, debería tener como nombre el de Panthers. “Asumimos esos valores como imagen de la banda y a partir de ahí iniciamos un nuevo proceso. Te cuento que en estos momentos me siento muy feliz con el resultado porque ya no solo la banda es conocida a nivel de la subregión del norte antioqueño o a nivel del departamento, no, pues hemos tenido la oportunidad de estar en diferentes eventos y entonces yo me arriesgué a sacar la banda de Antioquia. El propósito mío era que la conocieran en otros lugares para mostrar lo que tenemos”, cuenta con un orgullo y una pasión, que no parecen tener límite.
Y eso queda demostrado en las horas y tiempo que esta yarumaleña, le dedica a su Banda de Marcha Tradicional Panthers, con la que ensaya todos los sábados desde las 9 de la mañana, hasta las tres de la tarde, con la que ha logrado objetivos claros. La banda que ya se ha ganado un lugar y un respeto, porque durante 57 años ha visto como estudiantes de otras instituciones, llegan en busca de un lugar para pertenecer a ella. Porque en los últimos 15 años, Andrea le imprimió un sello de triunfo y de logros.
“Es un tiempo extra que monetariamente a mí no me reconocen, pero que yo no le veo ningún problema a eso, porque al fin y al cabo pues me gusta y entonces a partir de ahí aprendí que mis sábados no son míos, sino que son de la banda, como también los días de semana en la que tenga alguna presentación”, recalca Andrea y reconoce que el tiempo para su familia es exclusivo de los domingos y los días festivos, que ella es muy hogareña y que su vida social se centra a su pequeño mundo en el que se siente más que tranquila.
Esta banda es una familia, en la que todos son pendientes el uno del otro, en la que todos cuentan como Andrea ha puesto su disciplina a todo motor. Es una familia que se acompaña y se ayuda. Son 160 integrantes que tienen claras sus funciones y que todos saben que sin el acompañamiento de Andrea como directora, organizadora y administradora, esta banda no funcionaría.
Así se lo dejaron claro en el 2024, cuando en un arrebato de esos que le dan al ser humano, decidió tirar la toalla y soltar el proceso, pero la nostalgia de sus muchachos, la doblegaron. “Te cuento que el año pasado renuncié a la banda, se la entregué a mi rectora y me dio mucha tristeza ver como los muchachos lloraban y me decían, ‘Profe, no nos deje. Profe, si usted se va, esto se acaba’. Y me conmovieron las lágrimas y no fui capaz. Volví, volví, cogí las llaves del proyecto y bueno, vamos a ver hasta dónde soy capaz de llegar”, cuenta esta profe que ha sentido que la falta presupuesto, ha sido una de las situaciones más difíciles, aunque asegura que en ese sentido, el colegio le ha ayudado mucho en la consecución de instrumentos para continuar el proyecto, pero que lo más complejo es conseguir los recursos para el pago del instructor, pero Andrea se resiste a dejar que este sueño de muchos, se termine, sin dar la pelea siempre, por demostrar de lo que son capaces sus integrantes.
Pero también es clara que, “las noches son para mí, para descansar, lo tengo muy claro que lo que es del trabajo es del trabajo, no llevo trabajo para mi casa, entonces en esos tres momentos distribuyo mi tiempo. Esperemos a ver hasta cuándo soy capaz, pero a veces me siento cansada. Yo quisiera ya que un fin de semana completo fuera para mí y hacer muchas cosas, pero a veces cuando me siento y miro digo, pero qué cosas voy a hacer, si voy a terminar haciendo lo mismo”.
La profesora Andrea, estudia actualmente un doctorado en la Universidad de Investigación e Innovación de México, y para lograr este objetivo, ella ha sabido organizar su tiempo y dedicarle el espacio a su formación académica y a su pasión. Andrea Edith Pérez es normalista superior de la Institución Normal La Merced de su municipio y licenciada en filosofía y ciencias religiosas de la Universidad Católica del Norte.
La lectura, el descanso, la tranquilidad, dormir y compartir con su mamá, con quien vive, es lo que le permite compensar el tiempo dedicado a la docencia, el estudio y la dirección de la banda, de la que definitivamente se siente orgullosa.
Quienes conocen la banda desde su formación, han logrado ver el cambio y la transformación que la misma ha tenido desde la llegada de la profe Andrea, con la cual, la banda logró salir del municipio, estuvo en Santa Marta, pero también en un desfile en Bogotá para el 20 de julioy aunque suene paradójico, tuvo que rechazar una invitación a México a un concurso, pues el tema de presupuestos para los viajes, siempre son asumidos por los integrantes y sus familias, con las que la profe Andrea asegura, “han sido un apoyo inmenso tanto para la realización de esas metas y esos sueños que yo me pongo con el proyecto, en la parte financiera, en la parte emocional, en la parte de formación con los estudiantes, estos padres de familia ya no solo permiten que sus chicos hagan parte del proyecto, sino que ellos también acompañan el proceso y me acompañan a diferentes lugares donde yo me voy con los muchachos”.
En la banda hay estudiantes desde los ocho años de edad y exalumnos de 20 y 22 años, que al terminar los estudios, le piden a la profe, que les permita continuar, y ella los acepta, porque sabe que son demasiado valiosos para los que empiezan. La Banda Panthers, ha ganado concursos departamentales y nacionales. Ha podido presentarse en otros departamentos y acudir a espacios donde han sido admirados y aplaudidos.
“Yo tengo que sacar esta banda y la tengo que someter a un concurso de bandas. Uno, para que aprendan. Dos, para que miren qué falencias tenemos y qué podemos corregir y tres, para que esto los motive a ser mejores y poder pensar en una posibilidad de ganar”, cuenta la profe que logró que Panthers, ganara dos veces en el municipio de Cisneros en la categoría mejor protocolo; pero también lo logró a nivel nacional, “pudimos participar en un concurso a nivel nacional y oh, sorpresa para mí, ganamos en muchos aspectos y fuimos consideradas la mejor banda del evento. Eso fue en el 2022 y dije, bueno, misión cumplida”.
La profe Andrea tiene como sueños aun, presentarse en la Feria de Manizales el próximo año y hacer parte del Desfile de Silleteros en la Feria de las Flores. “Nosotros ya estuvimos una vez en el de silleteritos, tuvimos la fortuna de abrir el desfile y nos fue muy bien, nos admiraron mucho, pero yo quiero estar es en silleteros, en ese evento. ¿Cuál es el propósito mío? Que a la banda la conozcan, que miren lo qué hacemos a nivel nacional, que salgan por todas las pantallas, que hablen de ella, porque de verdad que es un fenómeno y lo que hacemos es bonito y gusta. Y yo sé que los chicos me acompañan en ese propósito. Ellos son felices haciendo lo que hacen y mostrando lo que saben hacer por su municipio, donde nos quieren demasiado”., cuenta con esas ganas de seguir triunfando.
Como una mamá con autoridad, ha guiado la profesora Andrea, a sus 160 “hijos”, con las cuales ha tenido satisfacciones y aprendizajes, a los que les dedica tiempo y con los que sueña muchas cosas. Por eso con firmeza asegura que el tiempo de su jubilación está a ocho años de alcanzarse, pero que el de “decidir si me voy o continuo, esa decisión todavía no la tengo en mis manos. Vamos a ver hasta dónde aguanta el cuerpo, la voluntad y las ganas. Eso depende mucho de la pasión con la que trabajo en este proyecto, porque te lo juro que trabajo es de corazón. Si fuera por dinero, créeme que no estaría aquí porque yo no recibo ningún incentivo económico, pero es más por pasión. Si es por pasión, yo creo que todavía me falta un ratico acompañando este proyecto”.











Fotos: Profesora Andrea Edith Pérez